Desde niño, muy pequeñito, me enseñaron a tomar cariño a este terruño llamado España. Desde
Pero algo extraño quiere remover las antaño malolientes y hoy secas boñigas de los enfrentamientos entre los del puño cerrado y los palmeños añiles. Quisiera creer que lo que está ocurriendo fuera de coña, pero el peso de un puñado de escaños de unos alfeñiques me hace añorar otros tiempos de paz. Cataluña se llamó así por ser tierra de castillos, al igual que Castilla, ahora mas bien parece derivar de uñas que quieren arañarnos, y que se dan mucha maña para intentar hacernos añicos. Ya no son pedigüeños, son verdaderos carroñeros que quieren rasguñar las entrañas de España, sin dejar muñeco con cabeza, desde el armiño real, hasta la enseña española de esta piel de toro, que a este paso lo amañan con un aliño. ¡apañados estamos!
Y si a esto añadimos los ikurriños y todos los cismáticos nacionalismos; item mas de los rifeños, que intentan que esta España vuelva a ser Al-Andalus, apiñándonos en las montañas norteñas para hacer redaños y enseñar los dientes en otro Catalañazor. No por favor, que no lleguemos a los cañonazos, ni siquiera a puñetazos, que resolvamos esta maraña tomando un filetón de avileño, con coñac, castañas, buñuelos y pestiños y bailando muñeiras, pero sin perder el moño ni que nos hagan con engaño ñaca-ñaca. ¡que puñetas!
Cuñita tras cuñita, nos van domeñando como a guiñapos. ¿será fruto de los planes de enseñanza? ¿será que estamos añejos? ¿Tal vez deba decir añojos? ¿será que no salen claros los tañidos de las espadañas? ¿será empeño por el señorío del poder? ¿serán los desgraciados sueños eternos que se han producido? ¿será que se han abierto los albañales sociales? No quisiéramos despertar de este mal sueño bañados en fango, arriñonados y dañados en los entrepaños del alma; pero como dice Muñoz Seca en Don Mendo: hacen falta mas Quiñones.
Nebrija y Zúñiga no inventaron España, que ya andaba sola; solo enseñorearon la ene con un gracioso tupé, hasta hoy. Tal vez pronto con la ayuda de los peñascos políticos solo nos quede el crucigramático ñu, como residuo histórico, sin que los niñatos futuros tengan la mas puñetera idea de nada, y no sabrán si son españoles, coruñeses, borgoñones, madrileños, alcarreños, badajoceños, maños o angoleños, o cualquier otro gentilicio con eñe, por que serán unos simples mesteños. Mientras tanto ¡leña a España! hasta que la hagamos leña para la pira funeraria. Ejemplo palmario mas, un año anodino de Doña Isabel, reina de las Españas viejas y nuevas. No interesa.
Feliz Año con entrañables regalos navideños, y que el Niño Jesús nos acompañe.
Ávila, 12 de diciembre de 2004